Un ingeniero agrónomo tiene como objetivo sacar el mayor beneficio de los recursos y de la naturaleza a través de sus investigaciones. Está especializada en ciencias y tecnologías de la vida, y combina diferentes tipos de conocimientos. Tiene experiencia en agricultura, pesca, medio ambiente, ordenación del territorio, etc. Su principal objetivo es supervisar la mejora de las técnicas de producción de suelos. Actúa como consultor experto en diversas estructuras, tanto en el sector público como en el privado, y trabaja sobre el terreno. 

Los ingenieros agrónomos se forman mediante titulaciones en universidades públicas y privadas. Los Grados de Ingeniería Agrónoma duran 4 años y proponen asignaturas básicas que engloban  Bioquímica, Geología, Electrotecnia, Biología y más. En el tercer y cuarto año, pueden especializarse a través de una mención especial. Existen menciones en Explotaciones Agropecuarias, en Hortofruticultura, Jardinería y Paisajismo, y en Mecanización y Construcciones Rurales.

Las competencias del ingeniero agrícola son variadas. Sobre todo, deben ser versátiles para poder desplegar sus conocimientos en diferentes campos. Deben disfrutar rodeados de naturaleza y estar familiarizados con el entorno y el ecosistema en el que trabajan. El ingeniero debe ser capaz de gestionar la dirección de proyectos y ser responsable en la gestión y organización. Además, deben ser capaces de coordinar y gestionar un equipo, y sentirse cómodos hablando delante de un grupo.

Ser todo uno con el mar y el océano, conocer perfectamente el ecosistema para entenderlo y evaluar el impacto de la contaminación humana, forman parte del papel de un oceanógrafo. Estudia la relación de los mares y océanos con la tierra y la atmósfera, mediante la recogida de datos y la investigación en laboratorios.

Existen varios tipos de oceanografía: la física, la química, la biología marina y la geológica. Se estudia a través de grados según la especialización que se requiere, y ya en el máster se estudia y profundiza en la Oceanografía. Es interesante un grado en biología, biología ambiental y ciencias del mar  para llegar al máster.

Tiene que gustarle la movilidad, ya que el oceanógrafo tiene que estudiar en diferentes lugares. El interés por las cuestiones del medio ambiente resulta relevante en este oficio.  Además, la polivalencia en el uso de materiales y tecnologías es necesaria con el fin de poder manejar las máquinas y herramientas. Se necesitan aptitudes matemáticas, de análisis y de estadísticas con el fin de poder estudiar los movimientos. 

Conocer el funcionamiento de la naturaleza para crear ecosistemas. Combina la agricultura y el medio ambiente para convivir de la mejor manera posible. Su misión es optimizar los sistemas de producción agrícola, integrando de forma armoniosa la producción de alimentos, energía, recursos y otras necesidades. La permacultura es, por tanto, una agricultura sensible al desarrollo, la diversidad y la estabilidad de los ecosistemas sostenibles. Esta profesión incluye sólidos conocimientos de agronomía, agroecología y uso de recursos.

La profesión es asequible por varias vías. Existen grados de Permacultura. Además se encuentran Cursos certificados de Diseño de Permacultura (CDP) que pueden proponer algunos institutos, con el objetivo de enseñar técnicas y conceptos a través de prácticas directamente en el terreno.

Es importante tener paciencia en el crecimiento de las verduras, las frutas y los aromas, pero sobre todo apasionarse por la naturaleza que te rodea. Además, el contacto humano es esencial en el trabajo del permacultor. También es importante que el permacultor sea consciente de la crisis medioambiental en la que se encuentra el mundo.

El climatólogo investiga los fenómenos climáticos. Se interesa por la evolución del clima durante largos periodos de tiempo. Se le considera un investigador que predice las consecuencias del cambio climático. Necesita datos históricos y recoge información de las estaciones meteorológicas y los satélites. Trabaja en el laboratorio, pero tiene que viajar sobre el terreno, especialmente durante las catástrofes naturales. Analiza e interpreta elementos como la calidad del aire, los mares, el deshielo de los glaciares, las precipitaciones, la presión atmosférica, etc. 

Esta profesión se estudia a través de cinco años académicos en geografía, con una especialización en la climatología. Dependiendo de la universidad, se pueden encontrar grados de climatología. Se mezclan matemáticas, estadísticas, físicas, geográficas y más. 

El climatólogo debe tener la capacidad de analizar y resumir la información que recibe. También debe ser capaz de persuadir y comunicar de forma adaptada a sus clientes e interlocutores. Debe disfrutar de los viajes si el tema de su investigación es el extranjero. No debe tener miedo a lo desconocido y debe hablar otras lenguas.

El gestor de productos eólicos supervisa el proceso de instalación de los aerogeneradores de principio a fin. Su objetivo es instalar parques eólicos en los lugares más adecuados y favorables, como el campo y las costas. Debe determinar la viabilidad del proyecto evaluando los costes, las limitaciones y el impacto que tendrá en el medio ambiente. Con la participación de expertos en frecuencia y velocidad del viento, así como en meteorología, estudia los aspectos técnicos y medioambientales del proyecto. La última fase es la de negociación y argumentación para convencer a las autoridades locales. 

El sector de la energía eólica se estudia a través de un máster.

Considerado como un director de orquesta, tiene muchos conocimientos sobre diferentes sectores y se adapta a cada proyecto. El gestor de productos de energía eólica es persistente y pone en marcha muchas iniciativas. Es un motor que busca la cooperación de su equipo. Debe ser organizado y sobre todo, firme, con el objetivo de convencer a las personas y poblaciones locales. A menudo dialoga con la prensa y tiene que responder a muchas dudas sobre su actividad y sus consecuencias, como la contaminación sonora y visual. 

Se trata de una profesión reciente ante la siempre presente y acuciante crisis medioambiental. El respeto al medio ambiente está en el centro de las preocupaciones del consultor de desarrollo sostenible. Su función es asesorar a las empresas y localidades para que realicen proyectos respetuosos con el medio ambiente. Define la política adecuada a la estructura y pone recursos, coordinando las acciones. Así, mejora el entorno vital de una ciudad mediante diversos proyectos y propuestas de soluciones alternativas.

Los requisitos académicos se dirigen a Ingeniería o Ciencia Ambiental. La formación de un consultor medioambiental tiene lugar en los numerosos másters existentes relacionados con la especialización prevista. Másters en Política Digital y Desarrollo Sostenible, en Gestión de Tierras y Políticas, en Químicas de Procesos y Materiales Sostenibles, en Planificación Digital, etc. Es también necesario y recomendable un nivel avanzado de idiomas.

En esta profesión, el consejero debe, en primer lugar, conocer la empresa en la que trabaja teniendo en cuenta los desafíos globales del desarrollo sostenible. Es un buen comunicante, sabe escuchar los problemas que se le plantean y luego convencer a sus clientes con soluciones adecuadas. Tiene conocimientos variados, sobre todo en la gestión de proyectos y una experiencia técnica y estratégica.

La agricultura urbana es una profesión emergente y permite a la ciudad volverse verde, acercarse al campo y a productos frescos que no se exportan. Pero, sobre todo, lo que se busca es la proximidad y el vínculo con los consumidores. Se utiliza en muchos lugares insólitos, como terrazas, tejados, aparcamientos y muchos otros. Tiene en cuenta criterios económicos y sociales y construye el proyecto de la A a la Z.

Existen grados en agriculturas urbanas y periurbanas. Permiten adquirir conocimientos alrededor del urbanismo, de los eco agro-sistemas, de los paisajes, de la gestión de proyectos, y más.

Esta profesión requiere conocimientos técnicos de agricultura y horticultura, así como diversas técnicas de producción. Disfrutar del trabajo de la tierra y cuidar del entorno local y global, son cualidades importantes del agricultor urbano. No tener miedo a ensuciarse las manos, y tener pasión por las flores, también son requisitos para este trabajo. El agricultor urbano hace un bien al planeta y a las personas, al hacer algo por el futuro.