¿NECESITAS MEJORAR TU CAPACIDAD DE CONCENTRACIÓN?
Prestar atención en clase, anotar conceptos o ejemplos importantes, repasar las lecciones o prepararse para una evaluación o un examen... mientras que al mismo tiempo tu cerebro es solicitado constantemente, puede ser complicado.
De hecho, tu cerebro procesa las exigencias que se le plantean movilizando dos mecanismos que le permiten adaptarse a las situaciones tras identificar las actividades que se le proponen.
Estos dos mecanismos son la atención y la concentración.
- ¿Qué es la atención?
- ¿Qué es la concentración?
- ¿Por qué controlar la atención y la concentración en una situación de aprendizaje?
- ¿Cómo identificar la falta de atención y concentración en una situación de aprendizaje?
- ¿Cómo puedes movilizar o trabajar tu concentración y atención?
Finalmente, descubre cómo funciona y algunos consejos y técnicas para mejorar tu atención y concentración.
La atención moviliza tus cinco sentidos y te permite recibir información de tu interior (emociones, sentimientos, etc.) y del exterior (mensajes o señales visuales, auditivas y olfativas).
La atención favorece la percepción y el análisis rápido y automático de la información que le llega.
Tu atención puede sentirse atraída por una voz familiar (por ejemplo, un miembro de la familia que le cuenta a otro su fin de semana) o por un sonido inusual en relación con su situación (por ejemplo, la caída de un objeto).
Concentración significa centrar la atención.
El proceso de concentración te permitirá bloquear la llegada de cualquier cosa que pueda distraer tu mente. Los estímulos de distracción serán bloqueados porque la concentración le permitirá bloquear la recepción de señales sensoriales que podrían desviar su atención.
La concentración es, por tanto, una atención sostenida y continua. Puede cambiar según la intensidad del trabajo a realizar.
Te permite utilizar tu cerebro para buscar, recibir, seleccionar y procesar la información necesaria para realizar la tarea que estás haciendo.
Tu concentración te ayudará a utilizar y optimizar los mecanismos mentales o de pensamiento que necesitas para completar tus tareas de aprendizaje.
La atención y la concentración son interdependientes.
Aprender cosas nuevas y memorizarlas requiere atención y concentración.
Cuanto más rápidamente seas capaz de concentrarte, de mantenerte centrado en una tarea o de reorientar tu atención, más fácil te resultará aprender.
El control de estos dos procesos te será útil en tu aprendizaje porque te permitirá
- Ahorrar tiempo aumentando tu capacidad de concentración rápidamente.
- Reducir el esfuerzo que tienes que hacer para mantenerte concentrado y así aumentar tu tiempo de concentración.
- Aumentar tu eficiencia.
- Optimizar tus recursos intelectuales.
- Aumentar tu confianza en ti mismo.
- Controlar tu atención y concentración, lo que te ayudará a mejorar tu rendimiento.
Éstos son algunos síntomas que pueden ayudarte a identificar que tienes déficit de atención y concentración:
- Dificultad para concentrarte durante mucho tiempo en una clase.
- La dispersión ante los estímulos externos.
- Permeabilidad a los problemas personales.
- Perder el hilo de la historia mientras lees
- Dispersión de ideas mientras trabajas en una tarea.
- Dificultad o lentitud para iniciar una actividad.
¿Cómo puedes movilizar o trabajar tu concentración y atención?
¿Estás realmente motivado?
La motivación es fundamental en el proceso de atención y concentración.
Es importante recordar para qué estás haciendo el trabajo o el estudio que estás desarrollando, ya sea en relación con los objetivos a corto, medio o largo plazo: sacar una buena nota para sentirte orgulloso de ti mismo, anticipando la felicidad que conlleva el sentimiento de éxito que lo acompaña, para convalidar tus asignaturas y pasar al año siguiente a iniciar cursos más concretos y aún más motivadores, para llevar a cabo un proyecto profesional que te resulta cercano, etc.
Ser capaz de identificar tu motivación significa darte los medios para adoptar actitudes que favorezcan la atención y la concentración necesarias para alcanzar los objetivos que te motivan.
¿Estás organizado?
Organizarte según tu personalidad te permitirá planificar tu tiempo y gestionarlo con periodos de trabajo, descanso, ocio, etc.
De este modo, estarás más sereno con respecto a tu actividad, estarás menos perturbado en tu funcionamiento diario en el marco de tu aprendizaje y serás más eficaz en él.
¿Estás estresado?
Si estás demasiado estresado, te resultará difícil centrar tu atención en el aprendizaje.
Si identificas lo que te estresa, puedes intervenir y trabajar en ello, limitando así las molestias que te causa ese estrés
¿Es óptima la organización de tu material?
Las distracciones y las interrupciones son las causas más citadas por los estudiantes como causa principal de su falta de concentración, ya sea en clase o durante el trabajo personal.
Es importante que identifiques si está configurado de forma óptima.
Configura tu espacio de trabajo y elimina las distracciones innecesarias (avisos del móvil, etc.).
Intenta trabajar en el mismo lugar donde te sientas seguro y con todo lo que necesitas al alcance de la mano.
Procura no estar cerca de una ventana.
Utiliza los materiales (ordenador, cuaderno, carpetas, etc.) que más te convengan.
Ve a un lugar donde puedas estudiar con tranquilidad (bibliotecas universitarias o municipales) y anticípate a las peticiones de visitas inesperadas (mensaje en la puerta de tu habitación, mensaje en tu correo electrónico).
¿Respetas tu reloj biológico?
Tienes que conocer tu ritmo y escucharlo lo mejor posible. Observa tu capacidad de atención y tu tiempo de concentración.
Adapta tus periodos de trabajo a ellos, define tiempos y lugares adaptados a cada una de tus actividades de aprendizaje (memorizar, buscar información, leer o escuchar, comprender o pensar).
El tiempo medio de concentración es de 20 a 40 minutos. Las actividades que requieren más concentración (memorizar información, preparar una presentación, etc.) probablemente tendrán que realizarse en esta ventana de concentración posible.
También debes saber que la atención y la concentración requieren un esfuerzo. Consumirán energía y, por este esfuerzo, seguro que te sentirás cansado. Esto es normal.
Tendrás que darte descansos (10 minutos después de haber trabajado tu cerebro durante una hora no es inusual ni sorprendente).
¿CÓMO PUEDES MEJORAR TU CAPACIDAD DE ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN?
La concentración es una habilidad, como tal se puede entrenar y a través de este entrenamiento puede mejorarse.
Para ello tendrás que ser riguroso y paciente, y con los consejos y algunas de las técnicas de la siguiente lista, podrás entrenar tu capacidad de concentración y mejorar tu atención:
- Construye tu entorno de trabajo.
- Sé consciente de las veces que abandonas un trabajo, identifica lo que te hace abandonar, esto te permitirá evitar repetir las mismas situaciones.
- Entrénate para modular tu atención en clase: más ligera si el profesor menciona un tema que conoces bien; más fuerte para una noción útil para profundizar; máxima para una noción muy compleja o para descubrir un nuevo contenido.
- Elige tu lugar en la clase.
- Organiza tu trabajo y tus actividades en función de su dificultad y de tu ritmo biológico personal.
- Alterna los periodos de concentración y los descansos, así serás más eficaz en tu trabajo al estar más concentrado. Puedes hacer una pausa más larga después de varios periodos de concentración intensa.
- Intenta aumentar tus periodos de concentración gradualmente (por ejemplo, en incrementos de 5 minutos).
- Divide tu trabajo en tareas más pequeñas.
- Puedes intentar adoptar estrategias de concentración en la lectura. Por ejemplo, para evitar que tu mente divague, puedes anotar las palabras clave en el margen o en un borrador o ficha.
- Entrena tu capacidad de concentración fijando los ojos en una superficie neutra sin ningún estímulo visual que te distraiga o cerrando los ojos.
- Adapta tu método de trabajo a tu estilo de aprendizaje, por ejemplo, si memorizas mirando diagramas, los gráficos enlazados que te dan una visión general te serán muy útiles.
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