La apatía de los jóvenes, sus causas y consecuencias
Buscarse y motivarse para su futuro profesional
¡Qué pereza! Levantarse de la cama, del sofá, motivarse para trabajar, se está convirtiendo en un verdadero reto. La pereza está cada vez más presente en la vida de una gran mayoría de jóvenes. La adolescencia es una etapa de crecimiento, de evolución, pero también de transición. El cuerpo empieza a cambiar, las actitudes y pensamientos ya no son los de un niño, y las emociones se desarrollan y sumergen al joven. Los adolescentes hacen frente a una pared de nuevas etapas y una montaña de incomprensión.
Decisiones claves para su futuro se añaden y mezclan con todas las tareas pendientes del día a día. Una clara falta de motivación invade el cuerpo y la mente y decide que no, que no vamos a salir de la cama. Que todos los puntos de la lista del día son demasiado difíciles e inalcanzables. Pero sobre todo, que ante los nuevos retos de esta vida, no valemos nada, y que no está en nuestras manos. Es la apatía. Este desinterés e indiferencia en la participación de las actividades escolares, familiares, de ocio, deporte y demás.
En su origen, la palabra apatía, viene del griego y significa “ausencia de pasión”. Se considera un verdadero trastorno psicológico. Se desarrolla a través de la reticencia a realizar cualquier actividad, pero también en la falta de motivación diaria. Se traduce en una incapacidad para concentrarse, un sueño excesivo, pero también en el aislamiento, que se convierte en una forma más grave. Existen varias formas de apatía que pueden ser casos clínicos graves, hasta una apatía causada por el calor en verano. En este artículo, se tratará de la apatía mental y emocional, definida más arriba.
La pereza es la manera más rápida y sencilla para todos los jóvenes de responder a toda la presión que tienen encima. La escuela, los pequeños problemas cotidianos, y sobre todo el futuro profesional. Con las hormonas que trabajan cada vez más, es cierto que la apatía siempre ha estado presente. Al ser solicitados constantemente por las pantallas, los jóvenes intentan salvarse de todo lo que se pide a su cerebro.
Pero, ¿por qué falta entusiasmo frente a cada actividad que se puede proponer? ¿Por qué aparece?
Dejar el miedo al fracaso y confiar en sí mismo
El miedo al fracaso y a no ser lo suficientemente bueno para estos nuevos retos, hace que la gente vea cada nueva experiencia de forma negativa. «¿Y si soy un desastre?» «¿Y si no soy bueno?» «¿Y si los otros son mejores?» «Se reirán de mí, mejor no lo intento». Los jóvenes entran entonces en un estado mental en el que piensan que pueden conseguir cualquier cosa sin ningún esfuerzo. Esto genera frustración. Tienen que buscarse a sí mismos y entender cómo superarse para lograr sus objetivos. Se pierden en un cuestionamiento continuo.
Una encuesta ha sido realizada en México sobre jóvenes de 13 a 15 años, para determinar las causas de la apatía en sus vidas cotidianas. Según los jóvenes entrevistados, la actividad que les provoca más apatía es todo lo relacionado con la educación, con los deberes, y con los trabajos que les encargan. Al nivel doméstico, ayudar en casa sigue siendo una respuesta frecuente. Ordenar, recoger, levantarse temprano son causas de la apatía. Para la mayoría, lo que les desmotiva en la vida tiene que ver no sólo con el mundo escolar sino también con la desilusión que tiene cada uno vinculada a su experiencia y entorno. La injusticia y la frustración forman parte de la respuesta, que muestra lo impotentes que se sienten los jóvenes a pesar de su deseo de cambiar el mundo.
Es importante que cada adolescentes pueda expresarse, y desarrollar su talento y creatividad.
FUTUREO ayuda a las familias a darse cuenta de lo que pueda animar a uno y a través del coaching en familia, cómo gestionar cada paso. Es imprescindible una escucha activa por parte de la familia, y la creación de un espacio seguro donde puedan confiar. Los orientadores intentan comprender y borrar esta falta de confianza en sí mismos, el miedo al fracaso pero también a decepcionar a los que les rodean. De hecho, el éxito escolar representa un enorme estrés, sobre todo por la presión inconsciente que transmiten los padres.
Motivarse es sencillo cuando alguien sabe a dónde quiere dirigirse. Es entendible estar perdido y no interesado por las clases cuando aún no se sabe lo que corresponde a cada uno, lo que podría apasionarnos. A través de unos tests de personalidad y de un encuentro online, los asesores de FUTUREO se concentran en ayudar a encontrar la mejor opción académica para motivar de nuevo a cada joven. Ayudan a conocerse a uno mismo y acercarse a sus esperanzas. La pereza desaparece en el momento en que uno se siente útil y que puede cambiar las cosas a su alrededor en el ámbito que quiera.
FUTUREO propone a cada joven desmotivado y perdido una cita gratis con el objetivo de recuperar la ilusión y perder esta ansiedad al futuro, a trabajar y a moverse.
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