¿Cómo organizar su tiempo y ser más eficaz?
No habrá más tarde porque más tarde ya no servirá de nada,
porque más tarde el café estará frío,
porque más tarde el tren ya habrá partido,
porque más tarde habrá anochecido,
porque más tarde llueve,
porque más tarde la flor se marchita,
porque más tarde la fruta se ha puesto mala,
porque más tarde pasó la vida.
Muchas veces más tarde será demasiado tarde y sólo quedará el arrepentimiento de no haberlo hecho.”
Gestionar su tiempo
Cuando hay que conciliar los estudios, la vida social y familiar, y en ocasiones una actividad deportiva o artística, la gestión del tiempo se convierte en uno de los criterios imprescindibles para el éxito.
El tiempo es un recurso precioso y está disponible en cantidades limitadas, por lo que administrar el tiempo ahorra tiempo y mejora el rendimiento.
A continuación, ofrecemos algunos consejos prácticos que te ayudarán a mejorar tu organización, a optimizar tu tiempo y a tener más éxito en tus proyectos de formación.
Administrar tu tiempo significa ser:
- Organizado,
- Riguroso,
- Metódico
Administrar tu tiempo también significa:
- Posicionarse en relación con los objetivos,
- Tomar decisiones para desarrollar tu carrera académica y tu vida personal.
Optimizar tu tiempo se traduce en la construcción de condiciones favorables para el éxito.
Tomarte una parte de tu tiempo para organizarlo te ahorrará tiempo.
Deberás:
- Crear un buen horario,
- Establecer metas accesibles,
- Filtrar solicitudes.
1. Empieza por analizar tu horario
Observa y registra las horas dedicadas a tus estudios, a tu vida con familiares y amigos, a tus aficiones, a tus actividades deportivas, a tus actividades artísticas, para tener una visión realista del reparto de tu tiempo.
A menudo existe una diferencia entre el tiempo real que dedicamos a nuestras actividades y nuestra percepción de él.
Tendemos a sobreestimar el tiempo dedicado a tareas menos fáciles y a subestimar el tiempo dedicado a ocupaciones más fáciles o agradables.
2. Define tus objetivos y prioridades
Pregúntate cuáles son tus prioridades a corto, medio y largo plazo, y la importancia que tienen para ti y para tus objetivos.
El tiempo que dediques a cada una de tus metas cambiará dependiendo de las prioridades que establezcas, para lograrlas en función de lo importantes que sean para ti.
Esto te permitirá concentrarte en lo que has definido como una prioridad. Esto a menudo requiere tomar decisiones y es posible que debas aplazar o abandonar algunas de tus actividades.
- La agenda
Es tu herramienta central de gestión del tiempo.
Te permitirá planificar tu año, tus meses, tus semanas, tus fines de semana y tus días: lecciones, clases, exámenes, tareas, revisiones, vacaciones, salidas, viajes,etc…
Deberás identificar el tiempo dedicado a cada una de estas actividades.
Esto puede ayudarte a darte cuenta de que estás usando tu tiempo para realizar actividades que no son importantes para ti.
No olvides incluir en tus horarios actividades de ocio y relajación, date tiempo para descansar bien y comer en buenas condiciones.
Los descansos son parte de tu horario, son necesarios y si se dosifican bien, te permitirán ser más efectivo.
Deberás identificar bien los horarios de estudio y tratar de no retrasarlos ni omitirlos. Será mucho más fácil ya que tu horario tendrá algunos descansos que también debes respetar.
Ten cuidado, a menudo es tentador posponer el tiempo de estudio para amigos, familiares o pasatiempos.
Para mantener el control de tu horario:
- Debe ser confiable y realista.
- Estar de lleno en cada una de las actividades que realices.
Recuerda que la lectura de tus apuntes y la revisión de tus cursos del día también deben ser parte de tu horario.
Si no vuelves a revisar tus lecciones con la suficiente rapidez después del final de la clase, lo que has memorizado corre el riesgo de desaparecer en gran medida de tu memoria.
Nuestra lista de consejos para organizar mejor tu tiempo.
- No pospongas para mañana lo que puedas hacer hoy: ¡sin dilación!
- Tu horario no debe sobrecargarse, si no puedes respetarlo, será inútil para ti.
- Deja siempre algo de espacio para lo inesperado.
- Identifica tus límites. Comienza con períodos de trabajo que sepas que puedes manejar y que podrás ampliar Se tarda un promedio de 66 días en cambiar un hábito. Por lo tanto, debes ser tenaz y paciente en tus esfuerzos para producir resultados.
- Intenta identificar tus puntos fuertes y aquéllos en los que puedes mejorar. Tus seres queridos pueden ayudarte si esto te parece difícil de hacer por tu cuenta.
- Para optimizar tu productividad y organizar tu trabajo, necesitas identificar los momentos en los que eres más eficaz. Las actividades más difíciles se posicionarán en los momentos en que seas más eficaz. Guardarás para el ocio o para las interacciones sociales los momentos en los que no eres eficaz para tus estudios.
- No duermas más de lo necesario, pero duerme realmente la cantidad de horas que necesitas.
- Cuanto más difíciles sean para ti las actividades a realizar, más tendrás que dividirlas en etapas.
- No dudes en delegar, si un amigo te ofrece recoger el libro que has encargado o algún miembro de tu familia para ir a buscar el paquete que estás esperando, aprovecha para no demorar lo que tenías planeado hacer.
- Cuidado: la perfección es imposible en la gestión del tiempo, acepta el hecho de que imprevistos se colarán en tu agenda, para así trabajar en tu capacidad de adaptación.
- Aprende a no responder de forma sistemática y en todas las circunstancias a las solicitudes externas, y a saber decir “no”.
- Aléjate o apaga tu teléfono.
- Elige un lugar tranquilo para trabajar y no dudes en aislarte cerrando la puerta y diciendo a los que te rodean lo que estás haciendo. Incluso puedes informarles sobre tu horario para que ellos te ayuden a cumplirlo.
- No dudes en ir a trabajar fuera de casa, por ejemplo, a una biblioteca.
- Es importante establecer una rutina para trabajar de manera consistente. Los momentos de sorpresas estarán reservados para las vacaciones.
- No debes dejar de ver a tus amigos, pero tendrás que dosificar (la calidad puede primar sobre la cantidad) y es recomendable que tus salidas con tus amigos o familiares queden escritas en tu agenda como tus otras actividades.
¿Conoces o te reconoces en estas leyes? ¡Algunas podrían ayudarte o darte ideas!
El 20% de nuestras actividades producen el 80% de los resultados. Lo que se traduce en gestión del tiempo por el hecho de que el 80% de nuestro tiempo lo ocupa lo La mayor parte de la energía se gasta en tareas secundarias que con demasiada frecuencia conducen a descuidar lo esencial.
“la obra se distribuye para ocupar el tiempo disponible para su finalización”: cuanto más tiempo se tiene para realizar una obra, más tiempo lleva este trabajo. Por lo tanto, es necesario determinar un «presupuesto de tiempo» que sea razonable para dedicar a una determinada actividad o tarea, y establecer plazos que no se excedan.
Todo lleva más tiempo de lo que inicialmente imaginamos. A la hora de programar tareas o actividades, debes recordar no subestimar el tiempo a dedicar a su finalización.
Más allá de un cierto umbral de trabajo, la eficiencia y la productividad disminuyen hasta volverse negativas. Es necesario variar las actividades y tener en cuenta sus capacidades laborales diarias. No confundas cantidad y calidad.
Cualquier actividad o tarea interrumpida será menos eficiente y llevará más tiempo que si se realizara de forma continua. Para mantener un buen nivel de concentración, es necesario aislarse y limitar las fuentes de estrés.
El tiempo es subjetivo, cuanto más interesante nos parece una actividad, más corta nos parece. Se debe tener cuidado de no considerar nada que le desagrade como secundario y de posponer estas actividades.
Todo el mundo tiene una tendencia natural a realizar en primer lugar la actividad por la que tiene más apetito. Para ser más efectivo, lo mejor es comenzar realizando una actividad menos placentera que parecerá menos aburrida si va seguida de la promesa de una tarea placentera.
Cada individuo está animado por múltiples ritmos biológicos, es necesario cuidar el respeto del reloj biológico interno para para sacarle el máximo partido y respetar los periodos de recuperación.
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